Capítulo 1 Hielo y Fuego

Aquí os muestro el primer capítulo de la novela de amor con toques eróticos.

 

Capítulo 1.

Despedida
Kayley dio un portazo al salir del despacho del jefe de redacción del periódico donde había estado trabajando los últimos tres años. Tres años durante los cuales había dado casi su vida por conseguir los reportajes más arriesgados e interesantes, esos que consiguieron que el periódico se pusiera en el número uno de la prensa seria a nivel internacional.
Y, ahora, todo se iba a la mierda.
Fue hacia su mesa con el ceño fruncido y paso firme. Los compañeros, ahora excompañeros, casi no la miraban. De todas formas, era una desconocida para la mayoría. Había estado durante los últimos dos años y medio fuera de la redacción, saltando de un país en problemas a otro. Ellos solo veían a una mujer con el cabello negro, media melena, con algunas curvas y no muy alta, pero tampoco baja. Su atractivo rostro era compensado con su cara de mal genio,
por lo que ninguno de los compañeros se hubiera atrevido a intentar tener una cita con ella.
No tenía muchas cosas, así que acabó rápido. Se despidió con un gesto porque, en realidad, sabía que si hablaba se echaría a llorar, pero no de pena por sí misma, sino de rabia por la injusticia que su jefe, el hijo del que la contrató, había cometido. Si hubiera estado el señor Jones, esto no hubiera sucedido. Pero el petimetre de Noah era un muñeco movido por los accionistas, todos hombres de negocios con intereses políticos. No querían en su nómina a una periodista que había dado un puñetazo al representante de la ONU en Pakistán.
Bajó en el ascensor todavía con el rostro tenso y ni siquiera se abrigó, pese a que, en esos días fríos de enero y en Nueva York, nevaba. Su temperatura estaba tan caliente que cualquier copo de nieve que se posase en ella acabaría fundido convertido en una gota de agua.
Siguió caminando por la avenida hacia su apartamento.
Casi chocó con un tipo que se parecía al inglés y su rostro se crispó. El tipo que le había costado el puesto. Un aristócrata que se creía por encima de todos, y con cualquier derecho. Era cierto que Sir Jeffrey McDean era muy atractivo y que cualquiera de sus compañeras hubiera dado su brazo derecho por que él las mirase. Pero no, fue a intentar acostarse con la única que pasaba de él. Quizá era por eso.
Él era un depredador, pero ella no era una presa.
Así que una noche intentó emborracharla y llevársela a su dormitorio, en el hotel donde celebraban la fiesta de Navidad entre los extranjeros que estaban en el país. La persiguió sin tregua. Kayley tenía algún recuerdo nublado del momento, pero en cuanto metió la mano debajo de su vestido y le sobó el trasero, ella le dio un buen puñetazo.
Con tal mala suerte que cayó hacia atrás y se golpeó en la cabeza con un mueble. No le pasó nada grave, pero tuvieron que darle varios puntos y decían que había tenido una conmoción cerebral.
«Cerebro tenía poco, así que no se perdería mucho», pensó Kayley enfadada. El caso es que él había sido tratado en su país como un héroe de guerra que volvía tras ser herido en un país lejano y ella se iba a la calle. Bonita justicia.

Y ahora tenía que recoger todas sus cosas del apartamento alquilado donde vivía y marcharse porque con los últimos gastos familiares, estaba sin un dólar. Menos mal que Andy la había recogido en su apartamento. Su primo era fotógrafo y de los buenos, aunque ahora tenía que trabajar en lo que le saliese.
Llegó a su apartamento y comenzó a empacar sus cosas.
No era una mujer que guardase demasiado y tampoco tenía un gran ropero. Después de varias horas, se dio cuenta de que su vida cabía en dos maletas y cuatro cajas, la mayoría llenas de libros. Se sentó a esperar en el apartamento, ya desprovisto de su personalidad. Tampoco le penaba, era bastante ruidoso, pero le gustaba estar sola. Ahora no lo estaría.
Por suerte, su primo y ella eran, para lo bueno y para lo malo, como hermanos.
El timbre sonó y ella abrió a su primo. Andy había pedido una furgoneta prestada. El hombre le dio un abrazo y comenzó a bajar las cajas. Cargaron todo en silencio y se fueron para comenzar la nueva vida de Kayley.

Más información en: https://www.kamadevaeditorial.com/libros/hielo-y-fuego/

 

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